William E. Duellman
De
repente, las ranas vuelven a tener dientes
Llevaban 200 millones de años sin ellos y
una especie los han recuperado, lo que va en contra de una ley de la evolución
national geographic
Día 25/05/2012 - 16.55h
Un nuevo estudio afirma que las ranas vuelven a tener dientes en la mandíbula
inferior, tras 200 millones de años sin ellos. Según los expertos, dicho
descubrimiento cuestiona una de las piedras angulares de la teoría evolutiva.
De las más de 6.000
especies de ranas, sólo una, una rana marsupial arborícola
denominada Gastrotheca guentheri, cuenta con
dientes tanto en la mandíbula superior como en la inferior. La mayoría de las
ranas sólo presentan minúsculos dientes en la mandíbula superior.
Un nuevo análisis del árbol
genealógico de las ranas revela que su antepasado común, que presentó durante
mucho tiempo dentición en la mandíbula inferior, la perdió hace más de 230
millones de años, antes de que se extinguiera por completo.
La rana marsupial G. guentheri no
presentaba dentición inferior, hasta que “de repente, hace entre unos 5 y 15
millones de años, apareció”, afirma John Wiens, autor de un reciente estudio
sobre este fenómeno.
Según Wiens, biólogo evolucionista de
la Stony Brook University en el Estado de Nueva York, dicho descubrimiento va
en contra de un principio denominado la ley de Dollo,
que establece que las estructuras físicas perdidas durante
el proceso evolutivo no se pueden recuperar.
De hecho, la reaparición de los dientes
puede haber sacado a la luz la laguna de la ley: que es “más fácil volver a
desarrollar cosas si ya las tienes en otro lugar”, dice Wiens. Dicho de otra
forma, la rana “no tenía que crear los dientes en la mandíbula inferior desde
cero, porque ya los tenía en la superior”.
Perder la cola
En general, perder rasgos complejos
es normal durante el proceso evolutivo. Según el estudio, el
ser humano y las ranas han perdido las colas, la mayoría de las serpientes, las
extremidades, y las aves y tortugas han perdido los dientes.
Sin embargo, durante los últimos ocho
años, otros estudios han descubierto que dichos rasgos avanzados están
volviendo a aparecer, como las alas en los insectos palo y los dedos en los
lagartos.
En su estudio, Wiens empleó métodos
estadísticos para trazar la evolución de los dientes en el árbol genealógico de 170 especies de anfibios hasta llegar al antepasado
común de las ranas. El científico empleó una combinación de datos, entre los
que destacan secuencias de ADN, tanto de ranas existentes en la actualidad como
de anfibios fósiles.
Una teoría alternativa explica que la
dentición de la mandíbula inferior se perdió en cientos de otras especies de
rana, pero no en la G. guentheri. “No es imposible pero es muchísimo más
probable que la dentición se perdiera y se recuperara más tarde”, apunta Wiens,
cuyo estudio apareció en enero en la revista especializada accesible desde
Internet Evolution.
Gunter Wagner, biólogo evolucionista
de la Universidad de Yale, opina que, de todas las investigaciones recientes
que cuestionan la ley de Dollo, “ésta es, probablemente, la menos discutible”.
No obstante, Wagner, quien no participó en el estudio, apunta que la suerte
tuvo algo que ver: Wiens encontró un animal lo suficientemente aislado en el
árbol genealógico como para que los resultados sean consistentes e
“incuestionables”.
“Se trata de un caso claro de
readquisición de una estructura morfológica compleja perdida, lo cual, según
las teorías actuales, es imposible”.
Un misterio
Ambos científicos coinciden en que se
desconoce el motivo por el que los dientes han reaparecido. “En la mayoría de
las ranas, los dientes no son importantes. Los animales suelen usar más la
lengua que los dientes para atrapar insectos”, afirma el autor del estudio.
A pesar de lo anterior, para algunas
especies de ranas carnívoras, entre las que se encuentra un grupo denominado ranas Pacman, los dientes tienen una mayor importancia
a la hora de atrapar a las presas. Dichas ranas presentan dientes acolmillados
en la mandíbula superior y, en ciertos casos, pinchos parecidos a dientes en la
inferior. Sin embargo, y a diferencia de la G. guentheri, esos pinchos en la
mandíbula inferior no se consideran verdaderos dientes.
Wagner, de la Universidad de Yale,
apunta que el hecho de que estructuras semejantes a los dientes aparezcan más a
menudo que dientes propiamente dichos significa que la evolución de la
dentición no se produce de forma automática cuando surge la necesidad de la
misma.
Si tenemos en cuenta lo anterior, la selección natural (el proceso por el que con el
paso del tiempo los rasgos ventajosos se convierten en comunes para una
especie) “no resulta suficiente para explicar” por qué la rana marsupial
arborícola ha recuperado la dentición inferior. “Puedo decir con toda seguridad
que no lo sabemos”, afirma Wagner. “Es una cuestión realmente interesante”.
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